El problema no se trata de la ideología o doctrina, sino de cómo un mandatario se plantee los problemas y busque las soluciones / Sara Isaacs
El diccionario de la Real Academia Española define al socialismo como un sistema de organización social y económico, basado en la propiedad y administración colectiva o estatal de los medios de producción y en la regulación por el Estado de las actividades económicas y sociales, y la distribución de los bienes.
Ese es el sistema político que actualmente gobierna en Venezuela, pero la situación no ha sido la mejor en los últimos años.
Para agosto de 2014, el Instituto Venezolano de Análisis de Datos (Ivad), realizó un estudio en cinco regiones del país, dando como resultado que la inseguridad es el problema más importante. Asimismo, existen otros dilemas como el desabastecimiento, regulaciones en el sistema eléctrico, la inflación y la caída del precio del petróleo.
La gran incógnita es: ¿Venezuela podría mejorar esos problemas cambiando de sistema político?. El sociólogo Argenis Osorio explicó que la ideología no define si se hará un mal o buen gobierno, debido a que existen doctrinas socialistas en Latinoamérica que han realizado mandatos favorables como es el caso de la presidenta chilena Michelle Bachelet.
“Ese socialismo es muy flexible, no todos los medios de producción pasan a manos del estado, sino algunas empresas básicas estratégicas básicas y el resto de las empresa del país están en manos de particulares” comentó.
Al contrario de ese ejemplo, está el caso de Cuba, donde el sistema es más “rígido” y el Estado tiene el control total de las empresas.
Independientemente de las fallas que pudiera presentar esa ordenanza, hay que ratificar la distribución del Producto Interno Bruto (PIB) entre las clases más humildes, debido a que son sistemas justos.
En el caso de Venezuela, alrededor de 3 mil personas son beneficiadas con la pensión del seguro social, además de las misiones creadas por el fallecido presidente Hugo Rafael Chávez Frías, para educación y salud.
Sin embargo, la economía en el país se ha visto muy afectada debido a la caída del precio del petróleo, ya que es la principal fuente de ingresos. Una de las soluciones que plantea Osorio sería buscar otras maneras de adquirir dinero para sustentar las necesidades de los ciudadanos.
El Gobierno en mando, apartando la corriente política, debe incentivar a empresas a producir en el país, trabajando en conjunto con las industrias gubernamentales para tener una buena ganancia.
También se debe realizar un plan alterno de energía que no sea la hidráulica, pudiera ser la eólica o la solar, ya que es probable que llegue un momento en que colapse por completo.
Con el hecho de reformar la Ley para que una persona pueda ser reelecta, el sociólogo expresa que es partidario de que los mandatarios deben rotar, “no importa que sean de la misma corriente pero debemos manejarnos bajo la vía de la alternabilidad, porque pudiera ser que el mismo partido tenga otro candidato” puntualizó.
Con lo expuesto se deja claro que no es la corriente política lo que falla, sino el mal manejo de este sistema.
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