Por: Gabriela Zapata
María
Antonieta Robles es una estudiante de la Universidad Santa María, Núcleo
Oriente, quien desde muy pequeña empezó a interesarse en la repostería gracias
a una de sus tías.
“Yo
aprendí a hornear gracias a mi tía Teresa. Cuando estaba pequeña siempre pasaba
las vacaciones en su casa, y ella hacia dulces, por eso me fue gustando”
expresó.
Bajo el
nombre de Dulces Mars, esta futura comunicadora social, mención corporativo, ha
puesto en marcha uno de sus talentos, hacer postres. Desde hace un año que
empezó esta idea, ha venido realizando todo tipo de dulces, desde brownies
hasta galletas y ponqués.
A esta
pequeña emprendedora se le dificulta conseguir los ingredientes, sin embargo,
Robles no ha dejado de complacer a sus clientes. “Hay muchas cosas que me
traen de Caracas, como la harina. El azúcar me ha tocado comprarla en lugares
diferentes y siempre compro 15 kilos por la escasez” dijo.
Hay un
ingrediente que nunca le falta a María Antonieta y es la pasión que siente por
la cocina, no solo le pone cariño a sus creaciones sino que lo hace para su
propio beneficio pues asegura que hornear la relaja.
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