Salvador Passalacqua (@spassalacqua)
En el país más "bebedor" de Latinoamérica, la inflación no suele generar cambios considerables en los patrones de consumo. La agudización de la crisis puede estar afectándolos por primera vez.
El oriente del país se encuentra entre las regiones con el alcohol más caro. El pasado mayo cerró con una inflación de 27,1% en bebidas y tabaco, específicamente en las ciudades de Barcelona y Puerto La Cruz, en el estado Anzoátegui.
A pesar del retraso de dos meses del Banco Central de Venezuela (BCV), en la calle toma fuerza la percepción de un incremento de precios de grandes proporciones.
Un recorrido por cinco licorerías de la zona constató una ligera merma en las ventas de whisky y vinos, mientras que las cervezas de menor grado alcohólico experimentan mayor salida.
Algunos consumidores prefieren reducir las visitas a bares y discotecas. "Me resulta mejor comprar bebidas y estar en casa. En los sitios nocturnos, una cuenta para dos personas puede llegar a 3 mil bolívares", expresó la estudiante María Gabriela González.
El joven Andrés Azocar, asiduo comprador de una cerveza negra importada, aseguró que no ha sido fácil conseguir el producto últimamente: "Antes incluso podía preparar cerveza casera, pero muchos ingredientes también desaparecieron".
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