jueves, 24 de julio de 2014
USM mantiene solo seis recipientes para reciclar papel
Salvador Passalacqua (@spassalacqua)
Después de un fallido proyecto estudiantil, el núcleo Oriente de la Universidad Santa María (USM) dispone de contenedores únicamente en las oficinas de las coordinaciones académicas principales. Su ubicación en un espacio no común genera que el grueso de la población universitaria tenga un acceso ocasional a los depósitos exclusivos de papel.
La mayor parte de los residuos termina en las papeleras junto a los demás materiales de desecho. En 2013, un grupo de estudiantes de Comunicación Social, mención Corporativo, introdujo tres recipientes para separar papel, plástico y aluminio, tomando en cuenta los hábitos de consumo en el campus.
El intento fracasó en apenas 30 días. “Nadie les daba uso a las cajas. A veces encontrábamos hojas en la caja para plástico e incluso vidrio en la de aluminio. Las autoridades tampoco nos apoyaron”, explicó Axel Sifontes, quien diseñó una cartelera que promovía actitudes ecológicas.
La empresa Reciclajes Palo Verde II (Repaveca), ubicada en la Zona Industrial de Anzoátegui desde hace 40 años, apoyó el proyecto y dotó luego a la USM de sus combos ecológicos sin valor comercial, que constan de cajas de depósito y bolsas para cargar de 10 a 15 kilos de material reutilizable.
Según indica Repaveca en su sitio web, estos combos permiten aprovechar el papel que no se usa en las oficinas de las instituciones y facilita su traslado hacia un lugar de almacenaje para luego ser recolectado y transformado en un nuevo producto.
Actualmente, la casa de estudios engrosa la cantidad de basura no clasificada que se recoge a diario en la ciudad de Barcelona: al menos 600 toneladas de desperdicios que acaban en el vertedero de extrarradio Cerro de Piedra, en crisis desde 2011.
salvadorpassalacqua@gmail.com
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