Dalexis Forneau
Todos hablamos de orgasmo en algún momento pero ¿realmente todos sabemos
identificarlo?
Para los chicos resulta una tarea sencilla, debido a que las sensaciones
corporales están asociadas con la eyaculación o expulsión del semen.
En el caso de las mujeres no siempre se percibe al clímax con tanta
claridad.
¿Cómo es un orgasmo? ¿Qué se debe sentir? No estoy segura si eso fue un
orgasmo pero se sintió muy bien. Son preguntas que seguramente se han
hecho.
Antes de aclarar dudas es necesario explicar que el orgasmo es
la descarga repentina de la tensión sexual acumulada, durante el ciclo de la
repuesta sexual, resultando en contracciones musculares rítmicas en la región
pélvica caracterizadas por el placer sexual, según el portal
web www.health.howstuffworks.com
Según el diccionario de la Real Academia Española (RAE) el orgasmo es
simplemente: “La culminación del placer sexual.”
En algunos casos, el orgasmo o el momento de relajación después de
conseguirlo puede ser notable mientras que en otros puede que no sea tan
evidente. En oportunidades pueden confundir a muchas mujeres que, aun teniendo
orgasmos, piensan que carecen de esas capacidades al subestimar sus propias
manifestaciones físicas y psíquicas.
Las contracciones involuntarias y rítmicas de los músculos que rodean a
la entrada de la vagina son uno de los signos más claros. Esos espasmos, que suelen
ser entre 5 y 15 con intervalos muy breves, a veces son percibidos por la
pareja al presionar sobre el pene. También hay un notable aumento de la
frecuencia cardíaca y palpitaciones, además de una reacción de transpiración
especialmente en la frente. Según la página de Noticias 24.
Otro signo no tan frecuente en la mujer es la eyaculación femenina, que se refiere a la
expulsión de una cantidad variable de fluido producido por
las glándulas de Skene de algunas mujeres durante
el orgasmo. También puede notarse porque apenas la mujer tiene su orgasmo el
pezón se arruga, debido a que su congestión y erección producida por los
estímulos sexuales cede rápidamente tras las contracciones orgásmicas.
La educadora sexual Rebecca Chalker declara que
solo una parte del clítoris, la esponja uretral, está en contacto con lo que lo
pueda estimular desde la vagina. Hite y Chalker añaden
que la punta del clítoris y los labios menores, que también son muy sensibles,
no reciben estimulación directa durante el coito. Es por esto que algunas
parejas se acoplan con la mujer encima o
usando la técnica de alineamiento coital para maximizar
la estimulación clitoriana. Para algunas mujeres, el clítoris es muy
sensible tras el clímax, haciendo la estimulación adicional inicialmente
dolorosa.
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