Fabricio Marot / Tomada de RT internacional
Se trata de los restos humanos excavados en la orilla del
Nilo, en el norte de Sudán, en 1964. El cementerio antiguo es conocido también
como el Cementerio 117 o el Cementerio Jebel Sahaba. Un reciente estudio de los
restos con el uso de tecnologías modernas que realizaron antropólogos de la
Universidad de Burdeos ha proporcionado resultados interesantes.
En concreto, los investigadores descubrieron huellas y
piezas de flechas con puntas de piedra, lo que les permitió concluir que la
mayoría de las personas –hombres, mujeres y niños– fueron asesinados por
arqueros enemigos y posteriormente enterrados por su propia gente. Los
científicos también concluyeron que se trata de un conflicto que podría haber
durado varios meses.
Un estudio paralelo de los restos que realizaron
investigadores del Reino Unido y EE.UU. ha permitido identificar que el
conflicto podría tener un carácter racial. Los fallecidos, según descubrieron
los científicos, pertenecían a la población subsahariana, que eran los
antepasados de las personas de raza negra contemporáneas. Sus enemigos podrían
pertenecer a pueblos levantinos que vivían en el territorio del Mediterráneo.
Los dos grupos, aunque pertenecientes al género Homo
sapiens, tenían apariencia muy distinta y más bien tenían diferencias
culturales y lingüísticas, señala 'The Independent'. La guerra podría deberse a
la competición por los recursos naturales ya que en ese mismo tiempo tuvo lugar
un enfriamiento climático, sostienen los investigadores. El enfriamiento,
conocido como Dryas Reciente, fue precedido por un período de clima favorable
que permitió a las poblaciones expandirse en el territorio terrestre. La
llegada de Dryas Reciente causó la disminución de los recursos y provocó
migraciones humanas y la competición entre ellas.
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