Alí Bello
El enérgico
director de orquestas, Gustavo Adolfo Dudamel Ramírez, nació en la ciudad de
Barquisimeto estado Lara el 26 de enero de 1981. Desde pequeño mostró ser un
niño diferente a los demás y con un gran don para la música. Lo que él no sabía
era que con el pasar de los años muchas puertas se abrirían, no sólo en su país
sino también en el mundo entero.
Hablar de este
maestro sin recurrir en maravillosos calificativos es inevitable. Un hombre con
la sencillez a flor de piel, su identidad bien definida, firme en sus
convicciones y entregado a su pasión: la música, los jóvenes, niños, su
orquesta y sobre todo comprometido enormemente con su país Venezuela.
En la vida de
Gustavo la fama llegó para quedarse. Reconocidas Orquestas extranjeras lo
aclaman, es ícono mundial, ejemplo a seguir y orgullo nacional. 35 países ya
han replicado el modelo de transformación social ideado por el maestro José
Antonio Abreu y mostrado al mundo entero bajo la majestuosa batuta de Dudamel.
Este joven
director divide su agenda entre su país natal y Los Ángeles, Viena, Berlín,
Gotemburgo, donde también dirige prestigiosas Orquestas, las cuales se han
encargado de llevarlo a la cúspide del éxito. El talento y la perseverancia de
Gustavo se pierden de vista. Es esposo de la periodísta y bailarina Venezolana
Eloísa Maturén y padre del pequeño Martín.
Actualmente es
el director titular de la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar de Venezuela y la
Orquesta Filarmónica de Los Ángeles, California. Tener tantos compromisos no
debe ser tarea fácil, sin embargo, este prodigio de la batuta sabe cumplirlos
muy bien.
Ganador de
varios premios, entre ellos destacan: Premio Príncipe de Astúrias de las Artes,
Premio Grammy, Músico del año en el 2012. Gustavo junto a la Bolívar han sido
nombrados embajadores Nacionales de Buena Voluntad por la UNICEF y reconocidos
internacionalmente por la ONU.
La música
clásica solía verse de una manera distinta a la que hoy todos la vemos. Gracias
a la frescura que este personaje le inyecta a cada una de las piezas que
dirige, hoy en día no hay límites en edades ni culturas para saber apreciarla y
explotar de alegría luego de una grandiosa interpretación. Virtuoso de
nacimiento, pupilo del maestro Abreu, hijo del Sistema y músico integral, eso y
más es Gustavo Dudamel, un guaro que ha sabido llevar alegría a cada rincón del
planeta.
El maestro hace
evidente su amor por los proyectos que afronta, dice amar profundamente a su
familia, país, la gente llevando siempre en el corazón a su querido
Barquisimeto.
El hombre
también conocido por sus abundantes cabellos rizados, lleva consigo una
admirable emblema: El rescate de niños y jóvenes sumergidos en la marginalidad
para brindarles un futuro digno a merced de una poderosa vitamina llamada El
Sistema Nacional de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles de Venezuela.
Esta fundación
se encarga de transformar a sus alumnos sin exclusión alguna, teniendo como
bandera el fortalecimiento de los valores, el rescate de la cultura y el crecimiento
colectivo.
Un pequeño genio
Con apenas
cuatro años de edad Dudamel cambiaba carritos y pelotas por casettes de música
clásica. Influenciado principalmente por su padre y abuelo, este hombre fue
creciendo enormemente en el ámbito musical. Se inició tocando cuatro, estudió
violín con el Maestro José Francisco Del Castillo. Años más tarde se entusiasmó
por ingresar a la cátedra de composición musical en el Conservatorio Jacinto
Lara de Barquisimeto.
La preparación
de este joven músico fue muy rápida. Al cumplir 15 años decidió dar un paso muy
importante en su vida, el cual le daría estabilidad a su carrera como músico.
Gustavo comenzó a prepararse como director de orquesta. A su lado tuvo al gran
maestro José Antonio Abreu, un hombre que desde el principio supo enseñarle muy
bien el arte de la dirección.
Años más tarde
el talentoso joven obtuvo la madurez necesaria y los conocimientos
fundamentales que requiere este arte del oficio. Fue por esto que a los 19 años
de edad lo invitaron a firmar un contrato que lo acreditaría director de la
Orquesta Sinfónica Simón Bolívar y la Orquesta Sinfónica Nacional de la
Juventud Venezolana.
La aparición en
escena de este prodigio musical comenzó a deslumbrar a los venezolanos y a
varios espectadores del mundo, quienes no lo pensaron dos veces y decidieron
invitarlo a deleitar con su dirección al público extranjero.
Por otra parte,
en el año 2004 Gustavo recibe su primer premio en el Concurso de Dirección
Gustav Mahler, realizado en Alemania. La competencia incluía a directores de
alta talla, el único joven era él, quien tenía en ese entonces 23 años. Con
este premio Dudamel empezó a construir su espacio entre las listas de los
mejores directores del mundo, siendo uno de los más distinguidos y premiados en
la actualidad. A cada sitio donde llega deja a un público maravillado y
complacido.
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