viernes, 11 de julio de 2014

En Venezuela nació un genio

Alí Bello

El enérgico director de orquestas, Gustavo Adolfo Dudamel Ramírez, nació en la ciudad de Barquisimeto estado Lara el 26 de enero de 1981. Desde pequeño mostró ser un niño diferente a los demás y con un gran don para la música. Lo que él no sabía era que con el pasar de los años muchas puertas se abrirían, no sólo en su país sino también en el mundo entero.

Hablar de este maestro sin recurrir en maravillosos calificativos es inevitable. Un hombre con la sencillez a flor de piel, su identidad bien definida, firme en sus convicciones y entregado a su pasión: la música, los jóvenes, niños, su orquesta y sobre todo comprometido enormemente con su país Venezuela.

En la vida de Gustavo la fama llegó para quedarse. Reconocidas Orquestas extranjeras lo aclaman, es ícono mundial, ejemplo a seguir y orgullo nacional. 35 países ya han replicado el modelo de transformación social ideado por el maestro José Antonio Abreu y mostrado al mundo entero bajo la majestuosa batuta de Dudamel.

Este joven director divide su agenda entre su país natal y Los Ángeles, Viena, Berlín, Gotemburgo, donde también dirige prestigiosas Orquestas, las cuales se han encargado de llevarlo a la cúspide del éxito. El talento y la perseverancia de Gustavo se pierden de vista. Es esposo de la periodísta y bailarina Venezolana Eloísa Maturén y padre del pequeño Martín.

Actualmente es el director titular de la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar de Venezuela y la Orquesta Filarmónica de Los Ángeles, California. Tener tantos compromisos no debe ser tarea fácil, sin embargo, este prodigio de la batuta sabe cumplirlos muy bien.

Ganador de varios premios, entre ellos destacan: Premio Príncipe de Astúrias de las Artes, Premio Grammy, Músico del año en el 2012. Gustavo junto a la Bolívar han sido nombrados embajadores Nacionales de Buena Voluntad por la UNICEF y reconocidos internacionalmente por la ONU.

La música clásica solía verse de una manera distinta a la que hoy todos la vemos. Gracias a la frescura que este personaje le inyecta a cada una de las piezas que dirige, hoy en día no hay límites en edades ni culturas para saber apreciarla y explotar de alegría luego de una grandiosa interpretación. Virtuoso de nacimiento, pupilo del maestro Abreu, hijo del Sistema y músico integral, eso y más es Gustavo Dudamel, un guaro que ha sabido llevar alegría a cada rincón del planeta.

El maestro hace evidente su amor por los proyectos que afronta, dice amar profundamente a su familia, país, la gente llevando siempre en el corazón a su querido Barquisimeto.

El hombre también conocido por sus abundantes cabellos rizados, lleva consigo una admirable emblema: El rescate de niños y jóvenes sumergidos en la marginalidad para brindarles un futuro digno a merced de una poderosa vitamina llamada El Sistema Nacional de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles de Venezuela.

Esta fundación se encarga de transformar a sus alumnos sin exclusión alguna, teniendo como bandera el fortalecimiento de los valores, el rescate de la cultura y el crecimiento colectivo.

Un pequeño genio

Con apenas cuatro años de edad Dudamel cambiaba carritos y pelotas por casettes de música clásica. Influenciado principalmente por su padre y abuelo, este hombre fue creciendo enormemente en el ámbito musical. Se inició tocando cuatro, estudió violín con el Maestro José Francisco Del Castillo. Años más tarde se entusiasmó por ingresar a la cátedra de composición musical en el Conservatorio Jacinto Lara de Barquisimeto.

La preparación de este joven músico fue muy rápida. Al cumplir 15 años decidió dar un paso muy importante en su vida, el cual le daría estabilidad a su carrera como músico. Gustavo comenzó a prepararse como director de orquesta. A su lado tuvo al gran maestro José Antonio Abreu, un hombre que desde el principio supo enseñarle muy bien el arte de la dirección.

Años más tarde el talentoso joven obtuvo la madurez necesaria y los conocimientos fundamentales que requiere este arte del oficio. Fue por esto que a los 19 años de edad lo invitaron a firmar un contrato que lo acreditaría director de la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar y la Orquesta Sinfónica Nacional de la Juventud Venezolana.

La aparición en escena de este prodigio musical comenzó a deslumbrar a los venezolanos y a varios espectadores del mundo, quienes no lo pensaron dos veces y decidieron invitarlo a deleitar con su dirección al público extranjero.

Por otra parte, en el año 2004 Gustavo recibe su primer premio en el Concurso de Dirección Gustav Mahler, realizado en Alemania. La competencia incluía a directores de alta talla, el único joven era él, quien tenía en ese entonces 23 años. Con este premio Dudamel empezó a construir su espacio entre las listas de los mejores directores del mundo, siendo uno de los más distinguidos y premiados en la actualidad. A cada sitio donde llega deja a un público maravillado y complacido.

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