jueves, 17 de julio de 2014

Dionis Guerra y Herbert Márquez, vinotintos más allá del balón

Oriana S Mujica/@OrianaSMujica

Herbert Márquez es el vinotinto mayor que rompió con los paradigmas del béisbol familiar, al declinar por el fútbol. En 1985 vistió la camiseta venezolana ante una Argentina mundialista y durante ese partido tuvo la oportunidad de impulsar un golazo histórico a la selección liderada por Diego Armando Maradona.



Luego de una increíble serie de partidos donde mostró su talento, Márquez se convirtió en el primer venezolano firmado por un equipo europeo, radicando durante un año en Portugal, para luego unirse al Colo Colo de Chile y así continuar su travesía por los mejores clubes de Latinoamérica.

Coronado como el máximo goleador en la temporada 1989-1990 y 1992-1993, Herbert regreso a Venezuela para formar parte de equipos como Deportivo Táchira, Lara, Deportivo Italchacao,

Anzoátegui FC, Marítimo de Venezuela, finalizando en el Carabobo SC.

Los años de gloria de fútbol siempre quedarán en el recuerdo. Con 50 años, el mejor delantero del país, así catalogado por expertos en la materia, se dedica a su familia y la industria petrolera, y sin dejar de un lado su amor por el deporte Márquez es un coach motivacionaldentro de Oropeza Castillo, la comunidad que lo vió crecer hasta convertirse en el Juan Arango de sus tiempos.

Diony Guerra es otro de las claras estampas deportivas en el país. Recordado no solo por sus habilidades con el balón, sino por sus formas de celebrar los goles en el engramado, “La Gran Diony” es muestra de ello, así nombraron a la manera de quitarse un zapato y llamar por teléfono luego de anotar un tanto.



En 12 equipos criollos Guerra fue figura futbolística incluyendo PDVSA GAS, donde cerró su etapa de atleta en 2007.

El Deportes Concepción de Chile fue su hogar en 1996, donde se convirtió en el favorito de la prensa y la fanaticada lo hizo sentir un chileno más. Luego de unos meses Guerra tuvo que abandonar el equipo por ser reconocido fuera de la cancha como un jugador parrandero e indisciplinado. “La fama se le subió a la cabeza”, comentan conocidos.

El mar es la actual pasión y empleo de Guerra, se dedica al negocio familiar de la pesca, levantándose bien temprano para soltar el tren. Pero sin dejar atrás el fútbol colaborara dentro del cuerpo técnico de equipos como el Real Anzoátegui y Deportivo Anzoátegui fungiendo labores de entrenador en primera división y ligas categorías menores.

Ambos ex-vinotintos cambiaron el balón por peces y los tacos por botas de seguridad, pero nunca dejaran de ser parte de la historia del deporte que por amor los llevó a ser figuras emblemáticas de fútbol en Venezuela.

OrianaSmujica@gmail.com

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