Oriana S Mujica/@OrianaSMujica
Herbert Márquez es el vinotinto
mayor que rompió con los paradigmas del béisbol familiar, al declinar por el
fútbol. En 1985 vistió la camiseta venezolana ante una Argentina mundialista y durante
ese partido tuvo la oportunidad de impulsar un golazo histórico a la selección
liderada por Diego Armando Maradona.
Luego de una increíble serie de
partidos donde mostró su talento, Márquez se convirtió en el primer venezolano
firmado por un equipo europeo, radicando durante un año en Portugal, para luego
unirse al Colo Colo de Chile y así continuar su travesía por los mejores clubes
de Latinoamérica.
Coronado como el máximo goleador
en la temporada 1989-1990 y 1992-1993, Herbert regreso a Venezuela para formar
parte de equipos como Deportivo Táchira, Lara, Deportivo Italchacao,
Anzoátegui FC, Marítimo de
Venezuela, finalizando en el Carabobo SC.
Los años de gloria de fútbol
siempre quedarán en el recuerdo. Con 50 años, el mejor delantero del país, así
catalogado por expertos en la materia, se dedica a su familia y la industria petrolera,
y sin dejar de un lado su amor por el deporte Márquez es un coach motivacionaldentro
de Oropeza Castillo, la comunidad que lo vió crecer hasta convertirse en el
Juan Arango de sus tiempos.
Diony Guerra es otro de las
claras estampas deportivas en el país. Recordado no solo por sus habilidades
con el balón, sino por sus formas de celebrar los goles en el engramado, “La
Gran Diony” es muestra de ello, así
nombraron a la manera de quitarse un zapato y llamar por teléfono luego de
anotar un tanto.
En 12 equipos criollos Guerra fue
figura futbolística incluyendo PDVSA GAS, donde cerró su etapa de atleta en
2007.
El Deportes Concepción de Chile
fue su hogar en 1996, donde se convirtió en el favorito de la prensa y la
fanaticada lo hizo sentir un chileno más. Luego de unos meses Guerra tuvo que abandonar
el equipo por ser reconocido fuera de la cancha como un jugador parrandero e indisciplinado.
“La fama se le subió a la cabeza”, comentan conocidos.
El mar es la actual pasión y
empleo de Guerra, se dedica al negocio familiar de la pesca, levantándose bien
temprano para soltar el tren. Pero sin dejar atrás el fútbol colaborara dentro
del cuerpo técnico de equipos como el Real Anzoátegui y Deportivo Anzoátegui fungiendo
labores de entrenador en primera división y ligas categorías menores.
Ambos ex-vinotintos cambiaron el
balón por peces y los tacos por botas de seguridad, pero nunca dejaran de ser
parte de la historia del deporte que por amor los llevó a ser figuras emblemáticas
de fútbol en Venezuela.
OrianaSmujica@gmail.com
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