Salvador Passalacqua (@spassalacqua)
Hasta mediados del semestre pasado, la biblioteca de la Universidad Santa María (USM) procuraba rigor en el control de la entrada y salida de libros y disponía de once computadoras con acceso a Internet para su uso académico. En lo que va del segundo periodo de 2014, el silencio es el único recuerdo del viejo sistema en este espacio de estricto cumplimiento de las reglas universitarias.
Desde que se dañó la impresora de los carnets estudiantiles, los bibliotecarios solicitan el horario vigente para prestar los textos y folios de trabajos de grado. Sin embargo, los becarios manifiestan que les ha tocado ser flexibles con jóvenes que se acercan a diario sin garantías de pertenecer al núcleo de Barcelona, pero con la excusa de no haberse inscrito formalmente.
Las autoridades se comprometieron a reanudar la carnetización en los próximos días. Tras una reunión entre el estudiantado, la Vicerrectoría Académica y la Sociedad Civil Santa María, quedó pendiente la compra de una nueva impresora para las identificaciones.
El hurto del enrutador que alimentaba al edificio principal del campus desproveyó a la biblioteca de red inalámbrica, lo que coincidió con la reducción a ocho computadoras en funcionamiento. Desde entonces, resulta imposible investigar y leer en línea.
El estudiante de Farmacia Santiago Rodríguez consideró deplorable el estado actual del sitio de lectura y pidió la reactivación del servicio de Internet. “Necesitamos un servicio gratuito y completo, no solo para usar los buscadores, sino también las redes sociales y correos electrónicos”, expresó.
Mariangel Hurtado, cursante del sexto semestre de Comunicación Social, exigió que se incorpore una verdadera bibliografía periodística: “Muy pocos libros me sirven de consulta. Puedo asegurar que cuando comencé a estudiar aquí, había más textos relacionados con mi carrera. Me atrevo a pensar que los mismos estudiantes se los han llevado”.
El inventario actual de la biblioteca incluye libros, tesis e informes de pasantía de todas las facultades. Los más utilizados son los relacionados con Derecho y Ciencias Económicas y Sociales.
Desde que se dañó la impresora de los carnets estudiantiles, los bibliotecarios solicitan el horario vigente para prestar los textos y folios de trabajos de grado. Sin embargo, los becarios manifiestan que les ha tocado ser flexibles con jóvenes que se acercan a diario sin garantías de pertenecer al núcleo de Barcelona, pero con la excusa de no haberse inscrito formalmente.
Las autoridades se comprometieron a reanudar la carnetización en los próximos días. Tras una reunión entre el estudiantado, la Vicerrectoría Académica y la Sociedad Civil Santa María, quedó pendiente la compra de una nueva impresora para las identificaciones.
El hurto del enrutador que alimentaba al edificio principal del campus desproveyó a la biblioteca de red inalámbrica, lo que coincidió con la reducción a ocho computadoras en funcionamiento. Desde entonces, resulta imposible investigar y leer en línea.
El estudiante de Farmacia Santiago Rodríguez consideró deplorable el estado actual del sitio de lectura y pidió la reactivación del servicio de Internet. “Necesitamos un servicio gratuito y completo, no solo para usar los buscadores, sino también las redes sociales y correos electrónicos”, expresó.
Mariangel Hurtado, cursante del sexto semestre de Comunicación Social, exigió que se incorpore una verdadera bibliografía periodística: “Muy pocos libros me sirven de consulta. Puedo asegurar que cuando comencé a estudiar aquí, había más textos relacionados con mi carrera. Me atrevo a pensar que los mismos estudiantes se los han llevado”.
El inventario actual de la biblioteca incluye libros, tesis e informes de pasantía de todas las facultades. Los más utilizados son los relacionados con Derecho y Ciencias Económicas y Sociales.
Correo electrónico: Salvadorpassalacqua@gmail.com
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