jueves, 10 de julio de 2014

Clases de teatro son impartidas a reos de Puente Ayala

Sarelis Guzmán

            La vida en toda existencia se traduce en experiencias y aprendizajes, y quizás para quienes están tras las rejas, el encierro puede significar tedio. Sin embargo, en el Centro Penitenciario José Antonio Anzoátegui, mejor conocido como la cárcel de Puente Ayala, se realizan diversas actividades para hacer más llevadera la estadía dentro del penal, entre ellas las prácticas de teatro para los reclusos. 
            El promotor de esta actividad es Soni Azuaje, quien labora dentro de la penitenciaria como facilitador de talleres de desarrollo personal, adscrito al Ministerio del Poder Popular Para la Educación.
            En esta ocasión, se une a la actividad como ponente, Dougleimis León, abogada y antigua alumna de Azuaje en la escuela de teatro “Teofilo Leal” de Barcelona.
            El curso lleva por nombre “Indagación, arte y emovere”. Cuenta con dos oradores y un grupo de 10 alumnos en promedio y se lleva a cabo en un salón del centro penitenciario dos veces por semana.
            “El taller trata de explorar emociones. No es nada más teatro, también toca ciertos puntos del desarrollo personal para que ellos (los privados de libertad) exploren sentimientos que quizás se mantenían ocultos y les sirvan como elementos para el teatro” expresa León.
            Los asistentes realizan preparaciones de expresión corporal a la vez que se plantean actividades de mejoramiento personal. “Al principio se muestran tímidos, pero después demuestran un abierto interés en los ejercicios” manifiesta la facilitadora Dougleimis, quien agregó que en todo momento, los reclusos mantienen una actitud respetuosa hacia las prácticas.
            El grupo de asistentes al taller de teatro es variopinto. Está representado por hombres, en su mayoría menores de 30 años, algunos mayores, y otros que apenas rebasan los 20 años de edad. Todos voluntariamente se acercaron al curso.
            Por otro lado, una vez finalizadas las clases se tiene pensado seleccionar a varios estudiantes para ejecutar un montaje de expresión corporal en algún salón externo a Puente Ayala, de entrada libre.
            Convertirse en un estímulo positivo en las vidas de estas personas, es el norte del teatro dentro de la cárcel, además de sembrar esperanza al momento de su reintegro a la sociedad y aprovechar esa segunda oportunidad.

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