Salvador Passalacqua (@spassalacqua)
El último acuerdo suscrito por el estudiantado y las autoridades académicas de la Universidad Santa María, con sede en Barcelona, pasa por alto la reposición de los bienes universitarios que han sido hurtados desde finales de 2013.
En la Facultad de Ingeniería, solo uno de los cinco salones del primer piso conserva el televisor con el que fueron dotados hace más de un lustro. Uno a uno, fueron sustraídos en épocas de vacaciones.
Los profesores se han visto obligados a pagar el alquiler de proyectores por hora o a evitar la inclusión de material audiovisual en sus clases. “Es lamentable que ocurran estos hechos delictivos cada vez que el campus queda solo. Son herramientas que se dejan de usar y eso afecta considerablemente el proceso de enseñanza”, expresó Fabricio Ojeda, docente de Periodismo.
El edificio principal quedó sin acceso a internet por el hurto del enrutador de la Escuela de Comunicación Social. Para acceder a la red, es necesario trasladarse a las oficinas de las autoridades de Derecho.
La profesora Andreína Girot, de Comunicación Corporativa, resaltó que los contenidos educativos exigen un acceso libre a internet y una conectividad de calidad: “Es irónico que estudiemos las comunicaciones humanas y no estén presentes los avances tecnológicos en el aprendizaje”.
Para los estudiantes, la falta de equipos resulta “injustificable”. Daniela Tineo, cursante del décimo semestre de Comunicación Social, pidió a las autoridades invertir “mejor” el dinero que pagan por las matrículas y mensualidades . “No tenemos todo lo que deberíamos tener, pero desde que nos dejaron sin internet, me siento vulnerada, porque incluso es un derecho humano. Parece que no existe sentido de pertenencia”, lamentó.
salvadorpassalacqua @gmail.com
En la Facultad de Ingeniería, solo uno de los cinco salones del primer piso conserva el televisor con el que fueron dotados hace más de un lustro. Uno a uno, fueron sustraídos en épocas de vacaciones.
Los profesores se han visto obligados a pagar el alquiler de proyectores por hora o a evitar la inclusión de material audiovisual en sus clases. “Es lamentable que ocurran estos hechos delictivos cada vez que el campus queda solo. Son herramientas que se dejan de usar y eso afecta considerablemente el proceso de enseñanza”, expresó Fabricio Ojeda, docente de Periodismo.
El edificio principal quedó sin acceso a internet por el hurto del enrutador de la Escuela de Comunicación Social. Para acceder a la red, es necesario trasladarse a las oficinas de las autoridades de Derecho.
La profesora Andreína Girot, de Comunicación Corporativa, resaltó que los contenidos educativos exigen un acceso libre a internet y una conectividad de calidad: “Es irónico que estudiemos las comunicaciones humanas y no estén presentes los avances tecnológicos en el aprendizaje”.
Para los estudiantes, la falta de equipos resulta “injustificable”. Daniela Tineo, cursante del décimo semestre de Comunicación Social, pidió a las autoridades invertir “mejor” el dinero que pagan por las matrículas y mensualidades . “No tenemos todo lo que deberíamos tener, pero desde que nos dejaron sin internet, me siento vulnerada, porque incluso es un derecho humano. Parece que no existe sentido de pertenencia”, lamentó.
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