Carlos
Hernández (@Carlosh149) / Tomada de: La Patilla
La actitud es un estado que
se elige y es una forma de sentir. Una persona con buena actitud es optimista,
quiere ayudar y dejarse ayudar; está dispuesta a abrirse a nuevos
conocimientos, ve soluciones en donde otros ven problemas. Hay acciones que te
abre puertas, conócelas.
1. Confianza. Cuando confías en los demás crees en lo que dicen;
mejoras la comunicación y el entendimiento. Sientes mayor tranquilidad y la
sensación de no estar solo, afirma Trinidad Aparicio Pérez, sicóloga de la
Universidad de Granada de España.
2. Optimismo. Dicen
que al mal tiempo, buena cara, dicho popular que confirman diversos estudios
científicos al sostener que una actitud de alegría y esperanza contribuye a
mejorar la salud mental, ánimo y fortaleza psíquica.
Tener una actitud optimista
ayuda a fortalecer las defensas del cuerpo, mejora el sistema nervioso, aumenta
la expectativa de vida y previene accidentes cerebrovasculares, explica
Santiago de la Rosa, médico especializado en medicina biológico-naturista
certificado por el Colegio de Médicos de Madrid, España.
3. Cooperación. Tener
la disposición de ayudar a los demás genera reacciones positivas en el cuerpo porque
se liberan sustancias como la dopamina, oxitocina y serotonina, los cuales
provocan un estado de felicidad.
Stephen Brown, profesor de
medicina preventiva de la Universidad Estatal de Nueva York en Stony Brook,
Estados Unidos, dice que la solidaridad deber ser genuina, sólo así se obtiene
mayor calidad de vida y longevidad.
4. Respeto. Es
uno de los valores más relevantes para la convivencia y comunicación, no sólo
en la familia, sino con el entorno. Implica un trato amable y educado. Cuando
se práctica el respeto, los límites son claros, justos y hay muestras de
consideración hacia los demás.
5. Sinceridad. Jaime
Gutiérrez, sicólogo del Colegio Oficial de Psicólogos de Castilla y León en
España, explica que la sinceridad es buena cuando las consecuencias son
positivas para quien la práctica y para su entorno.
Aclara que se debe buscar el
equilibrio entre lo que es bueno para quien expresa algo y para quien recibe la
noticia. En ocasiones puede asociarse la verdad con signos de inocencia o falta
de madurez, por tanto, la mentira puede ser necesaria. Pero en general, debe
enseñarse la sinceridad porque aporta cosas positivas en la vida.
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