miércoles, 17 de febrero de 2016

Descenso con adrenalina natural



Por: Marianela Maurera

Hay cientos de actividades que pueden hacerse en contacto con la naturaleza, lo que le da un plus de relajación a tu rutina de ejercicios. Pero a quienes aman los deportes extremos y les gusta combinar estos elementos con una buena dosis de adrenalina, el Rapel es una excelente opción.

Ciertamente es una técnica de rescate, pero también es una disciplina deportiva bastante entretenida. Aunque descender siempre implica un riesgo, conociendo la técnica adecuada y procurando utilizar equipos de seguridad, esta actividad resulta bastante fácil.

En Anzoátegui, específicamente en la zona norte hay una opción accesible para esta práctica. Las Cuevas de Rolando, es uno de los atractivos turísticos más llamativos del municipio Guanta.

En este sitio totalmente aislado de la ciudad, el silencio sólo es interrumpido por el viento de la montaña, el trinar de los pájaros, el canto de las chicharras, por los propios pasos y la respiración del visitante.

La ruta

Para llegar a estas cavernas ubicadas en lo más alto del sector La Caraqueña de Guanta, se debe hacer un exigente recorrido de 25 minutos aproximadamente.

El sendero consta del ascenso de tres colinas, la primera y la más difícil está pavimentada con concreto, las restantes son completamente naturales con  un estrecho camino rodeado de una abundante vegetación.

Hay dos cavidades geológicas en esta zona, la primera es “la cueva húmeda”, llamada así dado a que en su interior hay varias pozas de agua dulce. La segunda es “la cueva seca” una formación de piedra caliza con varias galerías cubiertas por tonos verdes, grises, azules y negros, donde se logra un descenso de casi 60 metros.

Básicamente no hay limitaciones para hacer un descenso de rocas, montañas e incluso cascadas, al menos que se trate de una condición física, cualquier persona puede practicarlo sólo basta con saber seguir órdenes, según explica el instructor Jehilan Rojas.

Sin embargo, para adentrarte en esta aventura, es necesario tener resistencia, dado que  las subidas  pueden resultar algo agotadoras. También es importante mantenerse hidratado debido al clima caluroso que puede presentarse en los meses de verano, aunque normalmente siempre se cuenta con brisa fresca.
Utilizar los equipos de seguridad adecuados, garantizarán un descenso efectivo. Foto: Carlos Enrique Landaeta
La seguridad  y el cumplimiento de instrucciones

La seguridad es un punto que hay que tratar con mucha responsabilidad, comenta Rojas, quien por más de cuatro años junto al equipo de Treking Neverí, agrupan a personas y los conducen a vivir esta experiencia.

Para un descenso efectivo y sin ningún tipo de incidentes, es vital llevar los implementos necesarios, como un arnés, casco, calzados adecuados, guantes, linterna, cuerdas, un mosquetón y un descensor que son una especie de ganchos de metal, con los cuáles se asegura la sujeción y el deslizamiento de las cintas durante la bajada.

El rapel consta de una técnica de descenso autónomo, la cual solo requiere de 15 a 20 minutos de entrenamiento previo al salto. La cuerda es controlada por la mano hábil. Con la ayuda de los ganchos, los cuales soportan un peso de tres a cinco toneladas, el peso del individuo mientras está sujeto es casi nulo.

Para realizar un salto es necesario que tres personas, como mínimo, estén presentes, para que en el caso de que  se pierda el control, alguien más tire del final de  la cuerda y bloquee el sistema.

Además deben asegurarse muy bien los puntos de anclaje y mantener el cuerpo alejado del sistema metálico que sujeta el arnés a la cuerda, con el fin de evitar que la ropa o el cabello se enreden y tranquen el mecanismo.

Según Rojas, un niño que pueda seguir instrucciones puede practicar esta actividad y si hablamos del tope, no hay ninguna edad biológica que pueda  limitar las ganas de recibir una buena dosis de adrenalina natural.

Es importante practicar rapel en compañía de expertos para evitar accidentes. Foto: Carlos Enrique Landaeta

Lugares recomendados

A parte de las Cuevas de Rolando, también hay otras opciones en el oriente del país.

Cerro El Morro en Lechería, tiene una vista al mar impresionante aunque hay poca vegetación, lo que significa que la sombra para descansar es insuficiente.

Cascadas de San Pedro en el Parque Nacional Mochima, para aprovechar al máximo las costas que nos ofrece el Mar Caribe, esta es una opción perfecta ya que después del descenso puedes lanzarte al agua.

Playa Manare en el Parque Nacional Mochima, En este lugar podemos disfrutar de la vista y la brisa marina, el descenso es a una cueva, por lo que se recomienda visitarla con un guía que conozca la zona, dado a que el terreno es inestable.

Puertas de Miraflores en el estado Monagas, están ubicadas específicamente en el Parque Nacional Cueva del Guácharo, durante el recorrido disfrutarás de la exótica vegetación de esta región.


Salto de Chorrerón en el estado Monagas, esta hermosa caída de agua está en el municipio Caripe, después del salto puedes darte un chapuzón en la poza  cristalina al pie de la cascada.

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