Por: Kelly Abarca
Siempre le ha fascinado el tatuaje. Desde pequeño veía cómo
sus hermanos mayores se tatuaban de la manera más tradicional. Al ver un arte
que era hecho tan meticulosamente y que quedaba para toda la eternidad en la
piel, supo que quería dedicarse a tatuar por el resto de su vida.
Julio Florez, nacido en Bogotá, Colombia, siempre realizó
estudios enfocados al tatuaje. De muy joven se empeñó en aprender a dibujar,
principalmente para ejercer esta disciplina. Incluso estudió la carrera de
artes gráficas y diseño para aplicar técnicas en lo que siempre había querido
hacer.
Sin embargo, el tatuaje en sí lo aprendió él solo. Dice que
es una disciplina que se aprende sobre la marcha. “En esa época uno aprendía
más o menos de lo que uno veía”, afirma este habilidoso autodidacta quien ya
tiene 20 años en el oficio.
Su especialidad es el realismo. Cuando empezó, siempre
estuvo enfocado en esa rama que le llamó la atención desde el principio.
“Plasmar
en la piel cosas tal cual como uno las ve, es muy complicado; es una técnica que
solo se aprende trabajando mucho y es una de las más difíciles; incluso una de
las más difíciles para que el tatuaje se cicatrice bien y permanezca intacto en
la piel durante mucho tiempo”.
@julioflorez2 |
Florez, conocido también como “el colombiano”, lleva nueve
años viviendo en la región oriental del país. Hace ya dos años que inauguró la
tienda de tattoo llamada “Arte y Piel, Skin Gallery Tattoo” ubicado en el
centro comercial Puente Real de Barcelona.
Así como él, están otros tatuadores que vienen de varias
partes del país quienes se especializan en diferentes estilos y que ofrecen
trabajos de indudable calidad.
Actualmente, Julio Florez es uno tatuadores más reconocidos
de la zona y sigue tatuando en su país natal varias veces al año.
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