En ocasiones hemos sentido que el tiempo pasa lentamente cuando nos encontramos ante una situación de peligro. Es probable que recordemos alguna de nuestras reacciones ante momentos así, esto se debe a que el cerebro jerarquiza los recuerdos / Analiz Marquez
Cuando estamos ante una situación de peligro, las amígdalas cerebrales se vuelven más activas y se registra más información. A medida que envejecemos solemos pensar que el tiempo pasa más rápido de lo normal, mientras que en la infancia éste suele transcurrir con lentitud, debido a que se reciben más datos.
El tiempo sigue siendo el mismo, aunque a veces sintamos que transcurre más rápido. El cerebro es un cúmulo de información, de realidades visuales y de razonamientos deductivos.
Por otra parte, cuando nos encontramos ante un peligro, el miedo es una respuesta natural, un mecanismo de defensa, que se manifiesta en el cerebro, ya que éste se encuentra escaneando a través de los sentidos, todo lo que ocurre alrededor de la persona, incluso cuando dormimos.
La manifestación física del miedo hace que el corazón bombee sangre más rápido para crear la adrenalina, se aumenta la presión arterial, se detiene el sistema inmunitario y genera parálisis en el cuerpo, lo que hace que algunas personas no reaccionen ante una situación de peligro.
Por otro lado, la conducta humana también se altera y genera ansiedad, esta sensación no debemos confundirla con el miedo, debido a que ésta puede ser el resultado de una emoción negativa, intensa o generada.
No cabe duda que algunas personas pueden superar experiencias peligrosas en menor tiempo que otras, esto se debe a la importancia que se le dé al evento a medida que pasa el tiempo.
Para controlar el pánico en momentos de peligro, es necesario mantener la calma, respirar profundo, tratar de controlar la situación pensando en que todo saldrá bien. Tener mente positiva es esencial para salir de éste instante tan desagradable.
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