"La crisis económica afecta mi rendimiento académico"
Foto: Renzo Sisco.
Venezuela es el país con la inflación
más grande del mundo la cual ronda un 275%
y se pronostica que llegará a finales del año 2016 a 720%, según las encuestas
realizadas por el diario británico " The Economist".
Soranais Becerra, de 19 años de edad,
que cursa el segundo semestre de Comunicación Social en la universidad Santa
María comentó, que hace dos semanas se enfermó de gripe la cual trajo consigo
dolores de cabeza y fiebre. "Es difícil conseguir medicamentos hoy en día,
me toco viajar a El Tigre para pedirle los fármacos a mi familia, porque yo soy
de allá", expresó con una risa sarcástica.
Becerra explicó que a causa de esa gripe
pasajera perdió dos evaluaciones, pero luego que se recuperó llevó el reposo
médico a clase y los profesores procedieron hacerle los exámenes recuperativos.
La crisis económica que vive el país
actualmente es una bola de nieve que va creciendo con el tiempo arrastrando
consigo medicamentos, alimentos, insumos, entre otros, colocando en una
posición desfavorable la educación de los estudiantes, que con mucho esfuerzo
continúan asistiendo a los planteles con el fin de tener un mejor futuro
económico y social.
La doctora Virginia Castillo
especialista en nutrición, explica que muchas personas por distintos motivos,
ya sea el no llegar tarde al trabajo, las colas que hay que hacer para
conseguir los productos en algún local, entre muchas otras cosas, pierden de
vista la alimentación. “Tengo pacientes que me dicen, doctora yo no desayuno ya
a causa de esta crisis porque a veces no tengo ni que comer", comentó
Castillo indicando que esto puede traer consecuencias como la desnutrición.
Virginia señala que es importante tener
una buena alimentación para que el organismo pueda trabajar correctamente. Sin
las vitaminas necesarias tienden a bajarse las defensas y la persona corre el
riesgo de contraer alguna enfermedad fácilmente. "En el caso de los
estudiantes te diría que yo lo veo mucho, esos chamos no comen bien y van a
estudiar sin energía por ende salen mal en los exámenes y se enferman a cada
rato, yo he tenido muchísimos casos de esos", explicó un tanto disgustada
la doctora.
Gabriel Aristimuño, de 24 años de edad,
que cursa el séptimo semestre de Ingeniería en Sistemas en la universidad
Santiago Mariño comentó, que se ve en la obligación de utilizar el transporte
público para llegar a clase ya que su familia no dispone de vehículo para
transportarlo. " Mira mi pana esto es una locura lo que yo gasto en
pasaje, cuando no tengo que agarrar muchos carritos, gasto 500 semanal
aproximadamente, pero dígame cuando tengo que ir y venir a cada rato por
evaluaciones y eso, es que dejo el hígado pegado en el asiento del bus". Expresó
con rabia el joven universitario.
Existen otros casos como el de la
estudiante de Ingeniería Civil de la universidad Santa María, Verónica Ledezma,
que se distribuye la ida a clases entre su familia y el transporte público, ya
que es muy costoso.
Renzo Sisco.
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