Por: Estefanía Ramos
Un grupo de investigadores daneses del Centro Nacional de Investigación Social, determinaron las posibles causas que llevan a un alumno a reprobar o aprobar una evaluación. Aparentemente, el horario en el que se realiza puede influir en el resultado.
El equipo del director Hans Henrik Sievertsen analizó las calificaciones obtenidas luego de las pruebas hechas a dos millones de niños daneses, en edades comprendidas entre 8 y 15 años. Se conoció que a partir de los 8 de la mañana, las notas desmejoraban y cada hora que transcurría equivalía a 10 días perdidos de clases. Es decir, mientras más tarde peor la puntuación.
Esta situación se debe a la fatiga cognitiva que genera el paso de la mañana sin descanso. Una pausa de 20 ó 30 minutos mejoraría el rendimiento. Las calificaciones arrojadas luego del recreo fueron tan buenas como las que se hubiesen hecho dos horas antes.
Sin embargo, los investigadores continúan profundizando acerca de cómo se recargan los recursos mentales de los niños durante la noche, mañana y mediodía. Sievertsen se interesa por los cambios luego del descanso y se pregunta si se podría atribuir a la toma de aire y alimentos.
Por su parte, el científico danés afirma que de resolver estas incógnitas, se podría determinar por qué algunos niños son más afectados que otros. Asimismo recomendó pautar los examenes a la misma hora y preferiblemente luego de algún descanso. Esto también aplica para los estudiantes universitarios que presentan pruebas más rigurosas y extensas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario