De manera consecutiva, la vida de un estudiante
universitario se ve golpeada por el alto costo en los precios de transporte
público y privado para llegar a ver clase a la Universidad Santa María, Núcleo
Oriente.
Todo ello aunado al excesivo precio de los insumos para
poder “saciar” un poco el apetito en el horario nocturno, donde entre módulo y
módulo, los bachilleres acuden a las instalaciones del cafetín Santa María
Gourmet, a digerir algo de alimento para poder aguantar la noche.
Sin embargo, estos aperitivos se han convertido en un “lujo”
para aquellos estudiantes que no cuentan con los insumos necesarios para
adquirirlos de manera diaria.
“Opto por comprarme un chicle o un agua y no voy al cafetín
para que así no me de hambre. Ceno cuando llego a mi casa después de clase”,
explicó la estudiante de ingeniería María Duarte.
Por su parte, la alumna del noveno semestre de Comunicación
Social, Delys Tovar, destacó que se ahorra el dinero del transporte, porque su
hermano la va a buscar a las instalaciones de la USM.
“Igual no puedo comer todo el tiempo en el cafetín porque yo
tengo un bebé pequeño que tengo que comprarle lo que necesita y lo que gano no
me alcanza. Mitigo el hambre con alguna chuchería y listo”, afirmó.
“gasto más de lo que cobro diario”
En lo que va de año, el Gobierno Nacional ha incrementado el
sueldo mínimo en tres oportunidades, llegando este a 7.421,68 bolívares, y siendo
el salario diario de 247,38 bolívares.
Juan López gasta el triple de lo que gana de manera diaria. Foto: Patricia Aponte |
Juan López como la mayoría del gremio estudiantil
en la actualidad, cobra salario mínimo, pero admite gastar hasta el triple de
lo que adquiere en su trabajo de manera cotidiana.
“Mi ingreso neto es sueldo mínimo, yo me bandeo es con
guardias y fines de semana para mis gastos, porque mis padres me pagan la
universidad. Vivo en El Rincón y para allá un taxi me cobra en promedio entre
300 y 400 bolívares todas las noches. Todo ello sin meter el transporte público
del día en el cual puedo gastar 100 bolívares más, y la cena que mínimo cancelo
150 bolívares”, explicó.
Carlos Rojas admite que la vida del estudiante no es fácil en estos momentos. Foto: Patricia Aponte |
Por su parte Carlos Rojas explicó que en la
carrera de farmacia (aparte de todos sus gastos diarios), tiene que comprar
libros y sacar copias.
“En promedio gasto entre 400 y 500 bolívares diarios en
comida y transporte. Los días que tengo que comprar guías o sacar copias pueden
ser entre 50 y 300 bolívares. La vida de un estudiante no es fácil a nivel
económico. Mis padres y hermanos me echan una mano porque yo solo no podría
costearme la carrera y mantenerme al mismo tiempo”, resaltó el estudiante.
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