martes, 28 de julio de 2015

Zona norte de Anzoátegui necesita más áreas verdes

Por Marialmi Rodríguez/ @marialmir

Para que nuestro sistema respiratorio esté saludable, es necesario que el aire de la comunidad donde vivimos permanezca limpio y libre de smog, ácaros, dióxido de carbono y sus derivados. Los árboles pueden filtrar estas impurezas y por eso son tan necesarios en las áreas urbanas.
Mediante el proceso de la fotosíntesis, los árboles tienen la capacidad de absorber dióxido de carbono y fijarlo en sus raíces, troncos y hojas en forma de carbono mientras el oxígeno es devuelto al aire.


La neumonólogo Saimy Silva señaló que las ciudades de la Zona Norte de Anzoátegui, están expuestas a diversos contaminantes provenientes de la refinería, la cementera y demás empresas químicas próximas a las localidades. “Imagino que estas compañías tienen sus propios filtros para la emanación de los gases, pero las comunidad y los gobiernos también deben poner de su parte y sembrar árboles”, expresó.
La especialista señaló que las enfermedades respiratorias más comunes en la zona son: el asma, alergias e infecciones respiratorias estacionales. Advirtió que la contaminación empeora estas afecciones. “Una gripe puede durar cinco días, pero en ciudades donde el aire no está limpio, ese virus se exacerba y se pueden presentar bronco-espasmos. Los más afectados son los niños y las personas de la tercera edad”, explicó.
Según los estudios
La doctora explicó que, dependiendo de la especie, un árbol de 7 metros de altura y con un follaje de 200 mil hojas, es capaz de filtrar la emanación de CO2 y de los contaminantes de hidrocarburo de 100 a 1.000 vehículos. Indicó que si en las avenidas de las ciudades, se sembraran árboles, el aire estaría más limpio.
“En localidades estadounidenses y españolas, se han realizado estudios. Ellos han sembrado hectáreas de plantas y han hecho pruebas con aparatos especiales que miden la captación de CO2 y se han dado cuenta de la capacidad de filtración de cada uno”, manifestó. Según una investigación de la Universidad de Sevilla, el pino carrasco tiene la capacidad de fijar 48.870 kg de dióxido de carbono por hectárea al año.
Silva indicó que en Venezuela, no se han realizado trabajos de investigación para saber cuáles son las especies de árboles que se pudieran sembrar en las ciudades para purificar el aire. “Nosotros deberíamos buscar dentro de nuestras propias especies de plantas cuáles son las que tienen mayor follaje y capacidad de crecimiento para que nos sirvan de filtro”, aseveró.


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