Para que nuestro sistema respiratorio esté saludable,
es necesario que el aire de la comunidad donde vivimos permanezca limpio y
libre de smog, ácaros, dióxido de carbono y sus derivados. Los árboles pueden
filtrar estas impurezas y por eso son tan necesarios en las áreas urbanas.
Mediante el proceso de la fotosíntesis, los árboles
tienen la capacidad de absorber dióxido de carbono y fijarlo en sus raíces,
troncos y hojas en forma de carbono mientras el oxígeno es devuelto al aire.
La neumonólogo Saimy Silva señaló que las ciudades de
la Zona Norte de Anzoátegui, están expuestas a diversos contaminantes
provenientes de la refinería, la cementera y demás empresas químicas próximas a
las localidades. “Imagino que estas compañías tienen sus propios filtros para
la emanación de los gases, pero las comunidad y los gobiernos también deben
poner de su parte y sembrar árboles”, expresó.
La especialista señaló que las enfermedades
respiratorias más comunes en la zona son: el asma, alergias e infecciones respiratorias
estacionales. Advirtió que la contaminación empeora estas afecciones. “Una
gripe puede durar cinco días, pero en ciudades donde el aire no está limpio,
ese virus se exacerba y se pueden presentar bronco-espasmos. Los más afectados
son los niños y las personas de la tercera edad”, explicó.
Según los
estudios
La doctora explicó que, dependiendo de la especie, un
árbol de 7 metros de altura y con un follaje de 200 mil hojas, es capaz de
filtrar la emanación de CO2 y de los contaminantes de hidrocarburo
de 100 a 1.000 vehículos. Indicó que si en las avenidas de las ciudades, se
sembraran árboles, el aire estaría más limpio.
“En localidades estadounidenses y españolas, se han
realizado estudios. Ellos han sembrado hectáreas de plantas y han hecho pruebas
con aparatos especiales que miden la captación de CO2 y se han dado
cuenta de la capacidad de filtración de cada uno”, manifestó. Según una
investigación de la Universidad de Sevilla, el pino carrasco tiene la capacidad
de fijar 48.870 kg de dióxido de carbono por
hectárea al año.
Silva indicó que en Venezuela, no se han realizado
trabajos de investigación para saber cuáles son las especies de árboles que se
pudieran sembrar en las ciudades para purificar el aire. “Nosotros deberíamos
buscar dentro de nuestras propias especies de plantas cuáles son las que tienen
mayor follaje y capacidad de crecimiento para que nos sirvan de filtro”,
aseveró.
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