Se declara constante, soñadora y trabajadora. Ella es Anmarie Camacho, una de las animadoras del programa Vitrinas que se transmite por la pantalla de Televen. Dejó su tierra, Barquisimeto, para irse a Caracas en búsqueda de un sueño.
Inició su carrera en su ciudad. Allí estuvo en un programa de radio y televisión tras su participación en el reinado de las ferias de Barquisimeto. Incursionó también en el Sambil Model y en el Miss Turismo Venezuela. Audicionó en la quinta Miss Venezuela al mismo tiempo que en Televen, y el canal de la bolita roja fue el primero en responder a sus deseos.
Apareció en pantalla con Lo Actual y luego fue incluida en el elenco que conduce Vitrinas. Confiesa que todas las mañanas se encomienda a Dios y a su Divina Pastora para que el día esté cargado de éxito y aprendizaje. Dice que la confianza, la perseverancia y la dedicación le abren las puertas a quien se lo propone.
Añade que una persona no debe menospreciar ninguna oportunidad para aprender cosas nuevas ya que no se sabe lo que el destino tenga preparado. Ella se ha esforzado por seguir aprendiendo en el área de la comunicación social y la publicidad y dice que es la profesión que le hace sentir el “cosquilleo, típico de los enamorados”.
Sus dos motivos de lucha son su madre y un sobrino llamado Leonardo. “Por ellos estoy aquí luchando y buscando superarme más”, revela la joven barquisimetana. Camacho dejó al descubierto su secreto mejor guardado: de pequeña soñaba ser monja.
“Cada vez que veo el vuelco que dio mi vida me sorprendo pero aquí donde estoy, también tengo a Dios en mi corazón”, agrega.
Winston Churchill dijo una vez que mejorar es cambiar; así que para ser perfecto hay que haber cambiado a menudo. Ese ejemplo de reinvención y constancia en ir en pos de la excelencia parece ser el de Anmarie Camacho. Para ella, “a su escalera le faltan muchos peldaños”.
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