Por: Arianna De Sousa
El escultor, ilustrador y pintor ocasional
Fabio Rincones es una figura constante en la escena artística venezolana, ojos marrones bajo lentes camel, cuerpo siempre
vestido de negro, cabello largo y barba poblada, silencioso y observador,
parece analizar cada palabra que dice, el tono que usará para ello y tu expresión al escucharla.
Estructuras arquitectónicas, figuras geométricas moldeadas
con materiales como arcilla, masilla sintética
o poliméricas, barro y algunos reciclables como maderas y clavos, todo
bajo un lenguaje poético y claramente dantesco. Sus humanoides son anatómicamente surrealistas con cierto aire onírico, sin embargo esas piezas reflejan la realidad del sufrimiento
humano, la naturaleza dolorosa de la vida.
Comenzó a hacer esculturas desde muy temprana edad, recuerda modificar y
hacer con plastilina sus propios juguetes "yo no jugaba, compraba los juguetes
para verlos y luego transformarlos", dice y afirma que el arte se
manifiesta naturalmente. En su trabajo actual planifica únicamente la parte estructural, la artística
es totalmente espontánea.
"Papá una vez me dijo algo que me marcó: primero el teatro, segundo el teatro, tercero el teatro. Yo, en este momento puedo decir que para mí: primero el arte, segundo el arte y tercero el arte, y si en el otro extremo del mundo hay gente a la que pueda inspirar e influir, entonces el arte lo vale".
Su primera exhibición fue en el año 2010 y desde entonces no ha parado, sus piezas han estado presentes en muestras individuales y colectivas en los espacios de la Galería Casa Duo, el Museo Anzoátegui, en eventos como Manos Al Arte y el Festival Casa En La Costa. En octubre de 2014 estuvo en Caracas exponiendo junto a otros artistas plásticos en la Galería de Arte Nacional.
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