En un país donde el principal deporte es el béisbol y donde cada día el fútbol cobra más auge, el estado Anzoátegui es más conocido por su equipo de baloncesto y la pasión de su fanaticada, efusión que le desarrolló desde los 11 años a Roberto Rojas soñar con la posibilidad de ser técnico, propósito que hoy a sus 31 años de edad poco a poco se va cumpliendo.
Esa ruta hacia cumplir uno de sus más grandes objetivos comenzó en la Escuela de Baloncesto Buenos Aires bajo la dirección técnica de Rodolfo Estrada y Reynaldo Ortiz, de quienes Rojas confiesa haber “aprendido muchísimo” y ser claves en sus aspiraciones.
“Mi entrador de chamo que era Reynaldo Ortiz, siempre me dijo que tenía que ser entrenador, que tenía ese don, porque siempre veía cosas que él quizás no veía. Yo comprendí que esos comentarios no caían bien y empecé a decírselo aparte”, expresó Rojas, quien está al mando de la selección sub21 del estado Anzoátegui.
Como la gran mayoría de los jóvenes venezolanos en algún momento de su niñez disfrutó de momentos con un guante, pelota y bate en un terreno de béisbol, en algunos casos el talento ha sido mayor y este fue el caso de Roberto, pero el dinamismo del baloncesto lo conquistó.
“Siempre le agarre ese cariño al básquet hasta que compartí con el béisbol tanto así que me quitó ese sueño de seguir jugando pelota y se convirtió en mi prioridad en la vida”, comentó. “El básquet es más dinámico, es un juego de más reacción donde siempre tienes que estar en movimiento. En beisbol si estás en el jardín derecho tienes que esperar que hagan un batazo para allá. En el básquet son cinco que juegan con intensidad, siempre estás en constantemente movimiento. Yo siempre he sido imperativo”.
Técnico que nació dentro de una cancha
Rojas quien actualmente dirige a las selecciones locales de los gremios Colegio Nacional de Periodista, Abogados, Contadores y Administradores, de chamo fue un jugador “regular” como él mismo se define, que tuvo la oportunidad de representar tres veces al estado Anzoátegui en campeonato nacionales juveniles, pero su deseo de ser un estratega pesó más que sus ganas de jugar.
“Siempre tuve esa cosquilla de ser entrenador, me gustaba. Entre mis amigos cuando jugábamos yo era el que hablaba, a veces el entrenador se molestaba conmigo porque cuando pedían los tiempos yo quería opinar y cuando uno está chamo eso le incomoda a los entrenadores. Siempre me gustaba decir esas cosas que yo veía en el juego que quizás los muchachos no”, comentó entre risas Rojas.
“Gracias a Dios el grupo de muchachos con el que jugaba en el equipo o en la selección nunca se tomaron de mala forma el comentario, muchas veces me preguntaban si estaba bien no porque yo sabía más que ellos sino porque siempre me vinculaba con cosas que quizás un jugador no se involucraba tanto, ellos me veían como un guía”, agregó.
Una corta etapa como jugador le permitió a Roberto compartir cancha con jugadores como José “Grillito” Vargas, Jesús Urbina y José Bravo, además de empezar a formar sus conocimientos, para que hoy en día supiera como aplicarlo y transmitir el mensaje a sus pupilos.
Con grandes maestros de quien aprender
Estar como asistente de Henry Paruta en el programa de Transformación de Nuevos Talentos (TNT) de Marinos de Anzoátegui, le permitió a Rojas ampliar su preparación.
“Tengo que darle muchísimas gracias al profesor Henry Paruta por darme la oportunidad de dirigir al grupo del TNT, su programa, su hijo. Es una biblia en el básquetbol, un señor abierto que nunca se ha negado a darme buenos consejos. Siempre dispuesto a aprender de él, es uno de los mejores técnicos que está preparado aquí en Venezuela, para la formación de talento creo que es el mejor de Venezuela”, elogió Rojas.
Dentro de la institución naval y como fanático acérrimo del Acorazado Oriental le ha brindado a Roberto la oportunidad de ver desfilar directores técnicos, que sin duda alguna han ido aportando un granito de arena para su carrera profesional, pero tres de ellos han sido fundamentales.
“Por Marinos han pasado tres técnicos que he seguido y he aprendido de cada uno. El argentino Fernando Duró es muy inteligente a la hora de buscar soluciones de juego. Julio Toro por toda su psicología que utiliza en el básquetbol, yo creo que no puede darle más. Sergio Rouco por su filosofía de juego, cree que en el talento joven del equipo y hay pocos que hacen eso”, enfatizó.
Roberto Rojas tiene su perfil de jugador bien definido
Todo director técnico tiene un estilo de juego bien definido y por ende un jugador que se acopla a sus requerimientos, el atleta que piense más en lo colectivo es el que le gusta a Rojas y trabajar en esa formación es lo que más a él le gusta.
“Me gusta un jugador que le importe más la camisa que los números personales, que le importe el equipo, así sea el máximo anotador del equipo y no tenga puntos, pero ese día colaboró en defensa, se sienta satisfecho. En básquet la palabra clave es el equipo”, describió el entrenador.
“Hay que hacerlo creer en sus cualidades, haciéndole saber que tienen debilidades. El jugador que llega lejos es el jugador que acepta a sus errores, el que llega primero para entrenar, el que pregunta a sus compañeros que errores comete. Los jugadores que trabajan al 100% son los que llegan al máximo”, agregó.
“Yo hablo mucho con los jugadores en el juego. Si vamos perdiendo igual estoy aupándolos y motivándolos para que sepan que hay apoyo, es importante que ellos sientan que creo en ellos. Yo siempre termino los juegos igual de sudado que los jugadores porque estoy en constante movimiento”, añadió el estratega, quien en diciembre asistirá a Argentina para un curso de preparación como parte de su crecimiento profesional.
“Nosotros como entrenador joven mi lucha es doble. Casi siempre los jugadores que heredan como técnico son los jugadores. Como yo debe haber en el país varios con este mismo propósito, pero como aquí no hay preparación nos toca a nosotros irnos a hacer cursos en el exterior. Es difícil que crean en el talento joven como entrenador”, continuó.
Rojas considera que aún está muy joven para dar otro paso, cree que debe ser preparándose y aprendiendo sí espera que en tres años pertenecer a la plantilla técnica de cualquier equipo profesional, si es el Acorazado de sus amores sería un sueño cumplido.
Listo para imaginarse una escena Roberto dijo “dale” ¿10 años dirigiendo a Marinos de Anzoátegui en la Caldera del Diablo full?
“Alegría, yo creo que si eso pasa el primer juego iré a llorar. Es el equipo que va a ver mis amigos, mi familia. Es una emoción grande. Que se cumpla ese sueño”, comentó entre risas y un poco nervioso.
luisijimenez_12@gmail.com
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